lunes, 31 de mayo de 2010

Una meta para todos

Dormía Madrid cuando las calles del centro de la capital vieron romper su soledad con el paso de una comitiva casi interminable. Los primeros que pasaron por la Puerta de Alcalá y la plaza de la Cibeles fueron los veloces vehículos de los minusválidos. Iban tan rápido que los policías que abren paso de estos eventos tenían que ir más que deprisa, vigilándoles con el rabillo del ojo para que no les adelantasen en las cuestas abajo. Les siguieron los 9.000 restantes.

Ayer se celebró en Madrid la tercera edición de una carrera que está destinada a convertirse en una de las pruebas emblemáticas del calendario deportivo capitalino. Ya lo es en cuanto a su número de participantes: más de 9.000 atletas. Y eso que sólo llevan tres temporadas. Hablamos de 'Una meta para todos', evento deportivo de 10 kilómetros de carrera pedestre por el centro de Madrid, organizado por el Comité Paralímpico Español, el Ayuntamiento de Madrid y Liberty Seguros, a favor de la integración social. Convencidos de tal integración, a las nueve de la mañana más de 9.000 corredores populares, con y sin discapacidad, echaron a correr en un circuito de diez kilómetros que ha sido homologado por la Real Federación Española de Atletismo.


Circuito por el centro de Madrid
Desde la calle de Goya a la altura del Palacio de los Deportes, donde estaba situada la salida, sigue por la calle de Alcalá, pasando por las plazas de la Independencia y Cibeles. A continuación por el Paseo de la Castellana hasta el estadio Santiago Bernabéu, avenida Concha Espina y calles Príncipe de Vergara y Goya hasta la meta situada en el mismo punto que la salida.

Entre los participantes ha destacado la presencia de campeones como Chema Martínez, Roger Puigbó, Jordi Madera y Manuel Garnica. El primero de ellos se alzó con el triunfo en la categoría masculina, mientras que en la femenina resultó ganadora absoluta y en la de ambulantes, Mª Carmen Paredes, atleta afiliada a la Organización Nacional de Ciegos, ONCE, con deficiencia visual. En la categoría masculina ambulantes, se llevó el triunfo Manuel Garnica Roldán, mientras que en la categoría con discapacidad, lo hizo el mediofondista en silla de ruedas, Roger Puigbó (diploma paralímpico en 800 metros y maratón de Pekín en 2008).

La mayor novedad de esta edición ha sido la celebración de la Carrera de la Superación, prueba de mil metros en la que han participado más de cien personas con alguna discapacidad. Especialmente diseñada para todos aquellos participantes que no tuviesen las condiciones físicas necesarias para afrontar con garantías la distancia de 10 kilómetros. También ha tenido lugar una miniprueba para los más pequeños: niños de cero a tres años, en la que los padres se esmeraron sin duda mucho más que sus chiquitines.

sábado, 29 de mayo de 2010

La voz de los 'enfermos olvidados'

Cada minuto mueren alrededor de seis personas en el mundo por enfermedades que se pueden prevenir y curar. Para darles voz y denunciar su lucha silenciosa, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha inaugurado en Madrid la exposición 'Enfermos Olvidados', una muestra interactiva en la que el visitante podrá ponerse en la piel de un paciente con malaria, tuberculosis o la enfermedad del sueño, y conocer de primera mano los desafíos a que se enfrentan millones de enfermos sin recursos condenados al olvido en los países en desarrollo.

"Estos enfermos también son los grandes olvidados de los medios de comunicación, y por lo tanto también lo son para la opinión pública: por eso decimos que, aunque la causa de su enfermedad sea el VIH o el kala azar, la picadura de la mosca tsé-tsé o de la chinche picuda, también van a morir de olvido, que es el triste denominador común a todas estas enfermedades", afirma la delegada de MSF en Madrid, Raquel González.
Unas 8.000 personas mueren al día a causa de enfermedades que en realidad tienen solución. Son millones de muertes cada año a causa del kala azar, el Chagas, la enfermedad del sueño, la tuberculosis, la malaria o el sida infantil, muertes que podrían evitarse pero que por falta de voluntad y de interés pasan desapercibidas.
Al no afectar apenas al mundo desarrollado, estas patologías no son negocio ni sus pacientes un mercado rentable. El desarrollo de nuevos tratamientos y métodos de diagnóstico para estas enfermedades no recibe el apoyo necesario para dar una respuesta urgente al enorme desafío que suponen. En otras ocasiones, los medicamentos existen pero los enfermos no tienen acceso a ellos.
Ponerse en la piel del olvidado
Esta es la situación que viven millones de personas, muchos de ellos niños, en las partes más desfavorecidas del planeta. Con el objetivo de acercar esta situación a la sociedad, MSF ha puesto en marcha la exposición 'Enfermos Olvidados', que se puede visitar en la madrileña Plaza de Santa Cruz del 27 al 30 de mayo.
En ella, los visitantes pueden, durante 15 minutos, ponerse en la piel de uno de los enfermos protagonistas de la muestra. Un juego de dados los convertirá en enfermos de sida pediátrico, malaria, tuberculosis, Chagas, kala azar o enfermedad del sueño. A través de los testimonios de pacientes reales, conocerán en qué consiste cada una, sus síntomas, vías de contagio, cómo recibir un diagnóstico, etc.
Por último, se le explicará la situación a la que se enfrentaría en el mundo real en función de la enfermedad -mortal, en la mayoría de los casos, si no recibe tratamiento-: que el medicamento que precisa no existe porque la I+D ha dejado de invertir o tiene un precio demasiado elevado o sus efectos secundarios son extremadamente peligrosos.
"Los desafíos en cada una de estas enfermedades son diferentes: a veces los métodos de diagnóstico y los tratamientos son deficientes o poco adaptados a contextos sin recursos, o directamente no existen, como en el caso de numerosas formulaciones pediátricas; otras veces existen pero los pacientes no tienen acceso a ellos, por su elevado precio, por las carencias de los sistemas de salud, o la falta de adaptación de los protocolos nacionales... pero todas tienen un denominador común: el olvido en el que viven las víctimas", explica Paula Farias, presidenta de Médicos Sin Fronteras.

sábado, 8 de mayo de 2010

El optimismo no es suficiente para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio

MADRID.- Cada día, 1.020 millones de personas se van a dormir con hambre. En el mundo hay 129 millones de niños que tienen un peso inferior al normal. Cada 30 segundos, un menor de cinco años muere de malaria y cada cinco segundos otro pequeño ha fallecido por alguna otra enfermedad prevenible. Esta es la cruda realidad, la situación del planeta a tan sólo cinco años de la fecha fijada para cumplir los Objetivos para el Desarrollo del Milenio (ODM) -que tratan de reducir estas cifras-.

¿Qué se puede hacer para mejorar en los ocho objetivos? ¿Por qué se ha fracasado hasta ahora? Son preguntas a las que han intentado encontrar respuesta esta semana en Madrid diversos representantes de ONG y a las que tendrán que responder el próximo mes de septiembre en Nueva York los 191 estados que se comprometieron con estos objetivos en el año 2000.

"Los ODM fueron un intento optimista por parte del mundo desarrollado por modificar las diferencias entre países. Al principio permitió un avance en el PIB y un mayor compromiso con estos temas. Pero a pesar de la buena fe, hemos logrado muy poco", reconoce Catalina Eibenschultz, ex coordinadora de ALAMES (Asociación Latinoamericana de medicina social) y profesora e investigadora de la Universidad Autónoma de México.

El mayor error a la hora de plantear estos objetivos, según esta experta, es que "se puso a competir entre sí a los países para demostrar cuál de ellos era más pobre y, por tanto, digno de recibir la ayuda para el desarrollo; ayuda que muchos no han sabido aprovechar bien".

Esta presión por conseguir la ayuda ha tenido una consecuencia nefasta, porque ha transformado el valor de los datos. A juicio de Eibenschultz, "las cifras oficiales que dan los gobiernos sobre mortalidad materna e infantil no son reales, sino que tratan de demostrar que el país es digno de la inversión y la confianza depositada en él y que va progresando. Hay un juego de cifras, un maquillaje político de los datos que ha provocado la desconfianza de la sociedad hacia esos informes".

Lo que ha ocurrido, por ejemplo, en América Latina, tras la firma de los ODM es que "ha aumentado la desigualdad entre países", indica la investigadora. "En 2009, el 16% de los niños estaban desnutridos, a pesar de que se producían suficientes alimentos. No es, por tanto, un problema de falta de alimentos, sino un fallo en el destino que se da a estos productos", explica Catalina

Una receta de tres ingredientes

Pero no todo está perdido. El propio Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, considera que "el mundo posee los conocimientos y recursos para alcanzar los objetivos. No hacerlo sería un fracaso inaceptable, moral y práctico. No debemos fallar a los billones que esperan que la comunidad internacional cumpla con la promesa de la Declaración del Milenio para un mundo mejor. Reunámonos en septiembre para cumplir esta promesa".

La receta para llegar a buen puerto incluye tres elementos básicos: unas políticas adecuadas, más inversión y apoyo internacional. Ahora el reto está en saber cuáles son estas políticas adecuadas. Para Marta Monteso, coordinadora de Acción para la Salud Global, "el problema hasta el momento ha sido que no hemos tenido en cuenta la realidad propia de cada lugar. Hay que adaptar las medidas a las condiciones de cada país, pero luego hay unos valores universales que sirven para todos, como el respeto a los derechos humanos y de género".

Monteso piensa que se ha perdido un poco la perspectiva inicial, la causa con la que se comprometieron los países de la ONU. "Los ODM se han convertido en un fin en sí mismo y se ha olvidado el primer objetivo, que era básicamente erradicar la pobreza y las desigualdades entre países. Fue una promesa a los más pobres, pero en el debate nos hemos olvidado de ellos, no les hemos escuchado", indica.

Tanto Monteso como Eibenschultz consideran que "es un error separar los ODM relacionados con la salud del resto, pues todo está determinado por la estructura social y van vinculados entre sí". Para Marta Monteso, "el avance en salud va íntimamente ligado con la desigualdad de género. La violencia contra las mujeres ha llegado a tal punto que supone, en palabras de Ban Ki-moon, 'una vergüenza para la humanidad'. Tener una salud delicada hace a las mujeres aún más débiles y más propensas a sufrir la violencia". Por eso, ambas expertas señalan que "es necesario que todos los ODM vayan unidos para poder avanzar".

lunes, 3 de mayo de 2010

Proyecto Uganda ya está en marcha

sábado, 1 de mayo de 2010

Cuestión de derechos