domingo, 15 de agosto de 2010

¿Qué puedo hacer yo? Solidaridad y voluntariado


Con ocasión del día de Nelson Mandela, el 18 de julio, alguno jóvenes de Pamplona se preguntaron aerca de la inmigración, interculturalidad e interracialidad y llevaron a cabo un ciclo intercultural titulado "Color-blind?".


Respaldados por la Fundación RODE y contando con la colaboración de la Fundación Profesionales solidarios en este ciclo se han visto aspectos tan distintos como: ¿Cómo influye la pobreza en la inmigración? ¿Qué perdemos y ganamos con la interculturalidad? ¿Cómo superar los tópicos culturales que nos muestra el cine?


Una vez examinados los problemas, ¿qué podemos hacer? La última sesión que tendrá lugar el día 19 de agosto será una mesa redonda donde algunos voluntarios contarán su experiencia en los distintos lugares donde han estado ejerciendo actividades solidarias. esta sesión se trata de abrir un horizonte a los asistentes y hacerles caer en la cuenta de que forman parte de la solución. También se mostrarán algunas ocasiones en las que pueden participar como voluntarios con gente de todo el mundo.

martes, 10 de agosto de 2010

Qechua: "fuerza de mujer"

Al subir al avión que nos llevaría a Lima, dejábamos atrás meses en los que habíamos estado recogiendo material, medicinas y trabajando para poder ir a este viaje. No íbamos a ver el Machu-Picchu, ni a hacer turismo; queríamos dedicar nuestro tiempo, nuestras energías y parte de nuestro verano a ayudar a personas que lo necesitaran.

Llegamos a San Vicente de Cañete, a 140 km de Lima, donde está “Condoray” y descubrimos que no es sólo un centro de formación profesional para la mujer; ni sólo un Instituto Tecnológico Superior donde estudiar; es sobre todo lo que su nombre significa en Qechua: “fuerza de mujer”, un impulso a la dignidad de la mujer peruana, a sus familias y a sus comunidades.

Más de 20.000 campesinas han participado en los distintos programas de desarrollo rural y más de 7.000 jóvenes se han capacitado en sus carreras técnicas y cursos de formación y trabajan en empresas locales o en sus propios negocios.

Comenzamos a trabajar bajo la dirección de las promotoras rurales: campesinas, que después de recibir una intensa formación, se dedican a impulsar a las mujeres de sus poblados, ayudándolas a conseguir mejoras en el ámbito tanto familiar como social.

Pusimos en marcha un programa de salud, en el que impartimos clases de nutrición a las madres, repartimos a los niños del poblado material básico como cepillos de dientes, organizamos concursos para mejorar sus hábitos de higiene y el equipo médico prestó atención primaria a más de 600 personas.


Otro equipo, desarrolló un programa de mejoramiento de viviendas y saneamiento de zonas comunes; las mujeres pintaron las fachadas de sus casas y plantaron árboles para disminuir el polvo que hay en las calles.

Algunas de las voluntarias que cursan estudios en marketing y en finanzas, colaboraron con el CEFEM (Centro de Formación Empresarial para la Mujer), asesorando a propietarias de puestos en mercados para mejorar sus ventas, su contabilidad o su imagen. Diseñaron logotipos, prepararon planes estratégicos y les ayudaron a implantarlos.