Es la presidenta de Unicef-Comité Español desde 2005. Tiene 57 años, cuatro hijos y un nieto. Desde su adolescencia participa en programas de voluntariado para la infancia y la mujer.
XLSemanal. ¿Cuál es su mayor preocupación?
Consuelo Crespo. La equidad. Hemos logrado avances importantes en educación en los países en desarrollo, en mortalidad infantil, pero la brecha entre las personas que tienen oportunidades y las que no es cada vez mayor.
XL. Se celebra el vigésimo aniversario de la Declaración sobre los Derechos de la Infancia. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
C.C.Pasamos de un enfoque asistencial a otro de derechos humanos. Ya no se trata de cubrir las necesidades básicas de los desfavorecidos, sino de implicarlos en su propio desarrollo. El acceso a la educación o al agua potable no es un privilegio que me concede la comunidad internacional o el Gobierno de turno, sino un derecho que tengo y por el que debo luchar.
XL. ¿Qué méritos se puede atribuir Unicef en sus 64 años de historia?
C.C. Dos asuntos fundamentales. Hemos conseguido poner a la infancia en las agendas, que se cuente con los niños como ciudadanos. Y, en segundo lugar, vamos forzando un cambio de mentalidad.
XL. ¿En qué sentido?
C.C. Haciendo ver que la mejor inversión para conseguir un desarrollo a medio plazo es invertir en la infancia. Si consiguiéramos una generación sana y educada, romperíamos el ciclo de la pobreza.
XL. ¿Les ponen los gobiernos muchas dificultades?
C.C. A algunos gobiernos hay que recordarles que han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño y que tienen la obligación de cumplir con ella. Dificultades hay muchas, pero se superan. Hay un trabajo político y diplomático muy importante. Hay países más difíciles que otros.
XL. ¿Cuáles son las principales amenazas que penden sobre los niños de los países en desarrollo?
C.C. Incidimos mucho en el registro de nacimientos, en países como la India, por ejemplo. Los niños a los que no se registra al nacer no son ciudadanos y son las primeras víctimas de las mafias de explotación sexual, de trabajo infantil o de venta y comercio de niños.
XL. ¿Otra prioridad?
C.C. La vacunación infantil y también la lactancia materna, que aumenta la esperanza de vida y proporciona una resistencia mayor a las enfermedades. En los países en desarrollo, además, evita infecciones derivadas del agua en las papillas y los biberones.
XL. En realidad trabajan más con las madres que con los niños en sí, ¿no?
C.C. Claro, son el elemento clave. Proporcionar a las madres las condiciones necesarias para alimentar a sus hijos es una de nuestras tareas fundamentales. Otra prioridad: la educación universal para todos los niños.
XL. En este número de XLSemanal publicamos un reportaje sobre niños con sida en Ucrania. ¿Qué lugar ocupa esta epidemia entre sus prioridades?
C.C. Hay diecisiete millones de niños huérfanos por culpa de la epidemia. Hay una generación de niños, sobre todo en África, que han visto detenida su agenda de desarrollo, la cual ya estaba muy avanzada. El sida afecta a todo el tejido económico del país, como las epidemias de la Edad Media. Los centros de salud en muchos países no dan abasto y dejan de tratar otras enfermedades e, incluso, de vacunar a los niños. El trabajo contra el sida es básico. Necesitamos medicación para lactantes y embarazadas y detener esa transmisión.
XL. Antes hablaba de las mafias, ¿tienen alguna estrategia para luchar contra ellas?
C.C. Lo principal es que los gobiernos legislen para proteger a los menores, influir en las políticas públicas. Las mafias están creciendo de forma alarmante.
XL. Por ejemplo, ¿cuáles?
C.C. Aumenta el tráfico de niños para trabajar, la prostitución, la pornografía, la pederastia, también la venta de órganos infantiles y de niños a padres de países ricos. Cada año se incorporan a estas redes un millón de niños. Son problemas globales que requieren estrategias globales. Muchas veces la raíz del problema está en los países ricos.
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